Dios te está replantando, no te está quitando / God is replanting you, not removing you

Publicado el 26 de octubre de 2025, 7:47

A veces la vida nos sorprende con cambios que no pedimos — una nueva etapa, un cierre inesperado, un camino que parece incierto. Nuestro primer impulso suele ser resistir, aferrarnos a lo conocido, a lo que nos da seguridad. Pero muchas veces, esos movimientos son la manera en que Dios nos invita a crecer.

Piensa en una planta que ha permanecido mucho tiempo en la misma maceta. Al principio, sus raíces se expanden y florece, pero con el tiempo el espacio se vuelve limitado. Para seguir creciendo, necesita ser trasplantada a un lugar más amplio, aunque ese proceso implique removerla, sacudir la tierra, y enfrentar un entorno nuevo.
Así también nosotros: Dios nos “trasplanta” cuando sabe que ya hemos crecido lo suficiente para florecer en otro terreno. No es castigo, es propósito.

El cambio, aunque incómodo, puede ser una expresión del amor divino. Es en esos momentos cuando aprendemos a confiar más, a soltar el control, y a descubrir nuevas fuerzas dentro de nosotros.
Cada transición, cada puerta que se cierra, puede abrir paso a una versión más plena de ti mismo, una que solo puede nacer cuando te atreves a caminar en fe.

Isaías 43:19 nos recuerda:

“He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis?”

Esa “cosa nueva” no siempre se ve clara al principio, pero lleva propósito. Tal vez esta semana, lo que te incomoda no es un obstáculo, sino una invitación.

Reflexiona:

¿En qué área de tu vida sientes que Dios te está moviendo?

¿Qué pasaría si en lugar de resistir, eliges confiar?

Atrévete a creer que el cambio no te quita paz, sino que te prepara para algo mayor.


Camina confiado. Dios ya está en el nuevo camino esperándote.

Sometimes life surprises us with changes we didn’t ask for — a new season, an unexpected ending, a path that feels uncertain. Our first reaction is often to resist, to hold on to what feels safe and familiar. Yet, many times those very shifts are God’s invitation to grow.

Think of a plant that has outgrown its pot. At first, its roots thrive and it blossoms, but over time, space becomes limited. To keep growing, it must be repotted — lifted out, shaken, and placed into fresh soil. Though the process seems unsettling, it’s the only way for it to expand and flourish.
In the same way, God sometimes “repots” us — not to harm us, but to make room for our next season of growth.

Change, though uncomfortable, can be a reflection of divine love. It’s in those moments we learn to trust more deeply, to release control, and to discover new strength within.
Every transition, every door that closes, makes room for a fuller version of who you are — one that can only be born when you dare to walk in faith.

Isaiah 43:19 reminds us:

“See, I am doing a new thing! Now it springs up; do you not perceive it?”

That “new thing” may not be clear right now, but it carries purpose. Maybe this week, what feels uncomfortable isn’t an obstacle, but an invitation.

Reflect:

  • In what area of your life do you feel God is moving you?

  • What might happen if, instead of resisting, you choose to trust?

Believe that change is not stealing your peace — it’s preparing you for something greater.


Walk with confidence. God is already waiting for you on the new path.

Añadir comentario

Comentarios

Todavía no hay comentarios