Ser papá no es solo un rol, es una misión de amor

Un padre ejemplar no es perfecto, pero sí constante. Es aquel que guía con el ejemplo, que enseña a través del amor, la paciencia y la presencia.

Un buen padre no solo provee, sino que escucha, abraza, pregunta cómo fue el día y celebra los pequeños logros de sus hijos. Está ahí para secar lágrimas, para dar ánimo cuando el camino se pone difícil y para mostrar, con hechos, lo que significa la integridad.

El padre ejemplar es faro y refugio. Es quien inspira fuerza con su ternura, quien da seguridad con su abrazo, y quien planta raíces firmes en el corazón de sus hijos para que crezcan con confianza y dignidad.

Hoy celebramos a esos padres que, con su entrega diaria, dejan huellas profundas en el alma de quienes más los necesitan. Porque ser papá no es solo un rol, es una misión de amor.

¡Feliz Día del Padre!