
Las herramientas y el Carpintero
En un taller de carpintería, las herramientas decidieron reunirse para resolver sus diferencias. El señor Martillo presidía la asamblea, pero pronto fue destituido… ¡hacía demasiado ruido! Siempre estaba golpeando. Con humildad, aceptó la decisión, aunque pidió que también se expulsara al señor Tornillo, ya que —según él— daba demasiadas vueltas para llegar a un acuerdo.
El Tornillo aceptó la crítica, pero señaló a la señora Lija por su trato áspero y constante fricción con los demás. La Lija, a su vez, propuso que el señor Metro también fuera retirado, ya que siempre se la pasaba midiendo a los demás, como si fuera la herramienta perfecta.
Mientras el ambiente se cargaba de críticas y juicios, entró el carpintero. Tomó al martillo, a la lija, al metro y al tornillo, y comenzó a trabajar. Con paciencia, fue transformando una tosca madera en un hermoso tablero de ajedrez. Una vez satisfecho, el carpintero se marchó.
Las herramientas, asombradas por el resultado, guardaron silencio.
Entonces, el señor Serrucho habló con sabiduría:
—Está claro que todos tenemos defectos. Pero el carpintero no se enfocó en nuestras fallas, sino en nuestras cualidades. Eso es lo que nos hace valiosos. Dejemos de mirar lo negativo y unámonos en lo mejor que cada uno tiene para ofrecer.
Al compartir esta historia, nos recuerda un poderoso mensaje de la Palabra:
“Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer.”
—1 Corintios 1:10
Lección para el corazón
¿Cuántas veces nos enfocamos en los defectos de los demás, en vez de valorar lo bueno que tienen para dar? A veces, como en la historia, vemos solo el punto negro en una hoja blanca. Pero Dios ve más allá. Él, como el carpintero, sabe usar cada una de nuestras cualidades, incluso cuando nosotros mismos no las vemos.
No fuimos creados para competir ni para juzgarnos unos a otros. Fuimos creados para complementarnos, para ser parte de un propósito mayor. Cuando dejamos que el Maestro nos use, aún con nuestras imperfecciones, Él hace cosas maravillosas a través de nosotros.
Reflexiona esta semana:
¿Estoy viendo el valor en los demás? ¿O me estoy enfocando en sus errores?
¿Estoy permitiendo que Dios use mis cualidades para-Su propósito?
Hoy “Sé dónde puedo encontrar la herramienta adecuada para cada trabajo de mi vida: En la Biblia.”
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