Por : Liz Damaris Vicente Berríos

El dolor es parte inevitable de la vida. Puede durar un minuto, una hora o incluso días, pero es pasajero. Cuando persistes, el esfuerzo eventualmente se convierte en aprendizaje y fortaleza. Sin embargo, rendirse deja una marca permanente: el arrepentimiento de no haberlo intentado.
Acepta el dolor como parte del proceso y sigue avanzando, porque los momentos difíciles también pasan. Lo que permanece es la satisfacción de haber luchado por tus sueños, incluso cuando parecía imposible.
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