Autor anónimo

A menudo, somos rápidos para mostrar empatía hacia los demás, pero nos olvidamos de aplicarla a nosotros mismos. Nos exigimos demasiado, nos criticamos con dureza y rara vez nos damos el mismo apoyo y compasión que brindamos a los demás. Practicar la empatía hacia uno mismo no significa justificar errores, sino tratarnos con comprensión y paciencia en nuestro crecimiento personal.
La Biblia nos recuerda la importancia de amarnos y cuidarnos.
En Marcos 12:31, Jesús nos enseña: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo." Si no aprendemos a amarnos con empatía y respeto, ¿cómo podremos verdaderamente amar a los demás? Cuidarnos, perdonarnos y darnos gracia en nuestros errores es parte del amor que Dios quiere que experimentemos.
Ser empáticos con nosotros mismos nos permite sanar, aprender y avanzar con mayor fortaleza. No se trata de egoísmo, sino de reconocer que somos dignos de compasión, al igual que cualquier otra persona. Practiquemos la empatía propia como una expresión de amor y gratitud por la vida que Dios nos ha dado.
Autor anónimo.
Añadir comentario
Comentarios